El monasterio fue lagar en su momento y también se utilizo para secar tabaco. Al parecer estuvieron acampados gitanos durante una temporada y por último se quemo.
Es una lástima verlo así, sobre todo por los murales de azulejos. Cuando se lo enseñé a mi amigo
Nicolas Varas, que es un ceramista Talaverano de toda la vida, se pilló un cabreo monumental porque él es
de las Herencias y recuerda haber ido de pequeño a misa en la capilla
que hay en el monasterio (donde se ven los azulejos por el suelo).
Algunas de las fotos que tengo de esta capilla solo las guardé como se ve abajo (que no es muy claro) pero se aprecia la riqueza del trabajo de cerámica.
En fin después de este reportaje parece que ciertas autoridades de Talavera tomaron parte en el asunto y lo cerraron para que, de
alguna manera, la
gente no siguieran llevándose los azulejos. "