A este viaje fui con mis compañeros del foro de Talavera, y la iniciativa surgió de otro colega que es todo un
entendido en la materia y que nos amenizó increíblemente la ruta. Visitamos los restos del asentamiento medieval y castillo
que hay en las proximidades de la población de Castillo de Bayuela, ciudad a la que
otorga su nombre.
La verdad es que si vives en Talavera, te gusta caminar y la naturaleza, merece al pena hacer esta excursión porque no está a más de media hora en coche.
Fue una mañana muy interesante y muy divertida,
recorriendo un lugar tan histórico como este. Ni por asomo nos esperábamos encontrarnos con algo así por allí y además disponíamos de un guía de lujo, que nos transmitió, con
todo detalle sus profundos e interesantes conocimientos.
En las fotos, que espero que os resulten
interesantes y que os animen a visitar este lugar porque merece totalmente la pena. Me refiero no sólo al castillo sino también al pueblo del Castillo de Bayuela,
con su bonita iglesia renacentista, su monumental rollo de justicia de la plaza
y sus verracos célticos.
Hubo un momento en que la excursión estuvo apunto de suspenderse ya que estábamos casi arriba del todo y después de mucho andar entre rocas (porque el camino no existe prácticamente), se levantó una niebla que prácticamente no nos veíamos unos a otros.
Nos encontramos un grupo de cazadores de la zona que nos aconsejaron darnos la vuelta por que era peligroso (sobre todo porque iban a soltar la reala de perros desde arriba del castillo). En este momento nos planteamos qué hacer y afortunadamente la decisión fue continuar. Digo afortunadamente porque si no, nos abríamos perdido estas maravillas.
Desde las murallas, en uno de los lados se puede veía un profundo precipicio que da a un valle inmenso. Está claro que por ahí seguro que no
podían invadir el castillo. La verdad es que si vives en Talavera, te gusta caminar y la naturaleza, merece al pena hacer esta excursión porque no está a más de media hora en coche.
Hubo un momento en que la excursión estuvo apunto de suspenderse ya que estábamos casi arriba del todo y después de mucho andar entre rocas (porque el camino no existe prácticamente), se levantó una niebla que prácticamente no nos veíamos unos a otros.
Nos encontramos un grupo de cazadores de la zona que nos aconsejaron darnos la vuelta por que era peligroso (sobre todo porque iban a soltar la reala de perros desde arriba del castillo). En este momento nos planteamos qué hacer y afortunadamente la decisión fue continuar. Digo afortunadamente porque si no, nos abríamos perdido estas maravillas.
Cuando está allí
te das cuenta de lo que tuvieron que pasar en esa época para defender el castillo.Tan
alto el emplazamiento, el frío y la humedad, el acceso tan intrincado, etc.
Imagino que vivirían de la caza porque con tanta piedra la agricultura se me hace algo complicada en la zona. También se veían algunos aljibes para el agua. Lo que no faltaba en lo alto de la sierra es aire limpio, la tranquilidad y sosiego.
A continuación os pondré la retahíla que pone en el cartel informativo, para los profanos en histórico, (yo uno de ellos).
"Nos encontramos en el camino de ascenso al cerro llamado Torre Castilla, de 789 metros de altitud. Las dificultades del ascenso se ven compensadas por las vistas que desde aquí se alcanzan, ya que se trata de uno de los mejores miradores de la comarca de la Sierra de San Vicente. Desde Torre Castilla podemos disfrutar de magníficas panorámicas: hacia la vertiente norte-noroeste, en primer plano se muestra el llano que recorre el arroyo Martín, tributario de Guadamora, y tras él el cerro Garrido, que domina el paisaje con sus 769 metros de altura. Más allá hacia el noroeste aparece la cumbre pedregosa de la Sierra de San Vicente.Las ruinas de la muralla del castillo, que se confunden con la Ermita de Santa María y en la que hubo culto hasta finales del siglo XVIII, rodean la torre central, que ha sufrido a lo largo de la historia numerosas transformaciones. El origen del castillo puede situarse en una fortaleza musulmana, estratégicamente situada para controlar el territorio, construida entre los siglos IX y X. Tras la conquista de la zona a los musulmanes, fue reformada y reutilizada por los cristianos hasta el siglo XV; más tarde se levantó en el lugar la ermita.En la empinada subida hasta coronar el cerro se pueden observar las huellas de las ruedas de los carros, horadadas en algunas grandes losas de la calzada de piedra. Son un testimonio de la utilización desde antiguo de este camino para ascender a la cumbre, donde debió haber un poblamiento romano sobre el que se asentaron las civilizaciones posteriores."
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